Hasta nuestra redacción ha llegado este relato breve de Javier Domínguez Angulo, un escritor y diseñador de paisajes que tras su visita a Teruel ha decidido compartir con nosotros este manuscrito inspirado en una historia de amor entre los amantes.
En las fuentes del amor
R – “¿Qué haces ahí?” – preguntó Rosa turbada.
P- “Estoy dialogando desde el corazón con una ánima” – contestó aquel forastero.
El celo de Rosa le había hecho preguntar con descaro a aquel desconocido que estaba sentado cerca del mausoleo de los Amantes; el celo de una turolense, inquieta en aquella Noche de Animas. Pero la respuesta había sido tremenda.
R – “¿Hablando con una ánima, el ánima de quién?”
P – “El ánima de Isabel de Segura”
Rosa se sobresaltó. El forastero parecía tranquilo y eso la envalentonó.
R – “¿Y puedo saber qué te dice?” – dijo temblando un poco.
P – “Me equivoqué porque al principio la juzgaba, no entendía cómo podía haber dejado escapar a su amado por no tener dinero.
Después pensé que el día que vio a su amado Juan Martínez alejarse de la ciudad se rompió en dos, y empezó a morir. Y…”
Rosa le interrumpió.
R – “¿Y te sorprende tanto amor, te asusta?”
P – No. He oído más historias de amor intensas, aunque diferentes. Cuando mi abuelo paterno quedó viudo de nuevo, se casó en segundas nupcias y ella murió en la noche de bodas, por la emoción. Se llamaba Justa. Los cerillos…”
R – “¿Quién eres tú? – preguntó Rosa.
P – “Me llaman el pirata”.
R – “¿Y por qué?”
P – “Porque no digo las cosas de golpe, sino poco a poco”
R – “Mmmmm…¡pirata!” – refunfuñó Rosa. “¿Y qué es eso de los cerillos?”
P – “¿No has visto la película mexicana “Como agua para chocolate”? En ella hay dos jóvenes que se aman apasionadamente y a quienes se les impide casarse. Pasan los años y al final se unen, y en la noche de bodas ambos mueren por la emoción.
Encendieron todos los cerillos de su corazón al mismo tiempo sin mirar del todo al cielo. Si miramos al cielo los cerillos no nos abrasarán. Yo entraría antes a la Iglesia que al mausoleo de los amantes”.
R – “¿Crees que eso fue lo que le pasó a Isabel de Segura?…¿y a tu segunda abuela, y a esos mexicanos?”
P – “Jesús dice que no hay mayor amor que el de quien da la vida por los demás. Hay amores mayores que el de los amantes”
R – Rosa se quedó atónita al oír aquello.
“¿Qué más ibas a decir de Isabel de Segura?. Me acuerdo de todo lo que dices”
P – “Ahora no juzgo ya a Isabel. Tuvo una relación de amor pura, y todas las relaciones de amor puras están interconectadas. De hecho su historia me está ayudando a reordenar cosas… tenía una espina ardiente clavada desde hace décadas”
R – “Háblame de ella, pirata”
P – “La conocí cuando tenía 17 años, ahora tengo 54, y es la mujer con la que más he visto abrirse el cielo, creo.
En lo sentimental estaba harto de relaciones fáciles, superficiales, forzadas.
Ella es una modelo francesa llamada Eveline, junto a otra amiga modelo llamada Sami vinieron a conocerme estando yo en una discoteca, la discoteca Molí Blanc, de Jávea.
Aquella noche no quería más relaciones superficiales, no hice nada con ninguna de las dos, pero sentí que con Eveline el cielo se abría, que el futuro podía ser increíble. Estuve un rato con las dos y las despedí. Al irme, pese a que no era creyente, sentí que Dios me decía que a las mujeres se las descubre, no se las conquista. Cuando digo conquistar me refiero a forzar situaciones como hacía yo antes. Conocerlas fue como caerme en la marmita de poción mágica, me dio mucha confianza con las mujeres”.
R – “¿Y con ninguna de tus novias sentiste que el cielo se abría?”
P – “He tenido unas veinte novias, pero no sentí que el cielo se abriera tanto como con Eveline. Es raro, pero es cierto que con algunas de mis novias he llegado más lejos que con las dos modelos.
Por ejemplo estando con una de ellas, Marta, escribí sobre temas de fe, sobre comunidades cristianas. Las cosas del cielo van antes que las de la tierra. Otra, Ana, me ayudó mucho a escribir sobre personas mayores voluntarias, y el libro que redacté puede ayudar a mucha gente. Además, hay otras novias que saben todo lo que estoy haciendo, y de alguna forma me apoyan, aceptan mi historia y eso dice mucho de ellas”.
R – “¿Unas veinte, no sabes cuántas novias has tenido, sinvergüenza?”
P—“Me avergüenza decirlo pero no recuerdo el número, aunque si las veo sí las reconocería.
Pero cada hombre tiene su criterio, yo considero que si ha habido un solo beso de amor ha sido mi novia”.
R—“Eres un romántico, pirata y golfo, pero romántico”.
P—“En el siglo XX fui un poco golfo, no mucho, pero en el XXI me he portado bien, de verdad que me he portado bien”.
R- “Ja, ja, ja” – rió con ganas Rosa. “Así que tus novias te han llevado más lejos que las modelos, pero es con Eveline con la que viste el cielo más abierto”.
P- “Es una contradicción, sí. Es más, Eveline me impactó tanto que prácticamente es la única con la que me imaginé teniendo hijos. Con mis novias eso no me pasó. Pero mis novias me han llevado más alto, sí.
A los 20 años había olvidado el rostro de Eveline y de Sami porque me quedaba el recuerdo de que íbamos a tener relaciones superficiales. Me quedé un poco triste, y puse en mi habitación dos posters de otras dos modelos, una rubia de ojos azules, como Eveline, y otra de color, como Sami”.
R – “¿Quiénes eran?”
P- “La rubia era Claudia, pero nunca supe el nombre de la modelo de color.
Mi pequeña historia con las modelos ha tenido más episodios, pero el más destacable ha sido con Gisele. La atacaron por defender la Amazonía, me indigné, busqué una solución para ampliar la Amazonía con la agricultura y la encontré. Y además esa solución me sirvió en parte para resolver otro proyecto paisajístico en Australia que puede beneficiar a mucha gente en Asia”.
R- “O sea que las modelos te han dado más de lo que pensabas, pirata. Pero con cosas de la tierra no del cielo”.
P- “El regalo que me dio Gisele, beneficiar a mucha gente, es mayor que la pérdida de no tener hijos con Eveline. De alguna forma el cielo se ha vuelto a abrir”.
R – “Estás pagado, pirata. Tu espina ardiente ha desaparecido”.
P- “Sí, es cierto, y eso me da paz.
Es la segunda época de mi vida que veo abrirse el cielo con fuerza, llevo muchos años viéndolo, pero es en los últimos cinco cuando lo veo con más claridad.
Hablar contigo me ha ayudado, Rosa. Gracias”.
R- “Pirata, parece que al final tus novias han sacado lo mejor de ti.
Mmmm, novias y modelos, ¿no sabes hacer otra cosa?”.
P- “En el trabajo que hice sobre Australia hay otra musa, la musa de las flores, y ni es novia ni es modelo”.
R – “Golfillo, siempre te escapas. ¿Qué harías si ahora vieras a Eveline y a Sami?”
P- “Las daría un beso, solo uno, a cada una, si no estuvieran comprometidas, es una cuenta que aquel joven de 17 años tiene pendiente”.
R- “¿Por qué solo uno?”
P– “Desde los 30 años vivo en el abandono de la Providencia. Busco formar parte de comunidades cristianas pacíficas, que compartan los bienes y siguiendo al Espíritu Santo, y no a una regla de vida. Hubo comunidades que lo consiguieron hace más de un milenio. No podría tener una relación sentimental como las que tenía antes, pero si las daría un beso. Lo que hicieran ellas después no lo sé”.
R – “Por lo que veo necesitabas que Isabel de Segura te ayudara a ordenar tanto mujerío” – rió a carcajadas Rosa.
En fin. No entiendo porqué te llaman pirata, si me has contado todo en unos momentos”.
P – “El diablo es medio tonto porque no ve las cosas del cielo, pero trabaja muy bien porque cada generación se lleva la mayoría al pozo. De lo que se trata es de que en esta generación haya un mayor porcentaje que se salve”.
Silencio
P – “Sueño con las comunidades cristianas que lograron vivir en armonía durante décadas, la de Jerusalén, las de Macedonia y Acaya, las de Esmirna y Filadelfia, las de la Carta a Diogneto…quizás Lyon. Curiosamente la mayoría en el mundo griego”.
R – “¡Vaya Noche de Animas que me estás dando, nunca había oído hablar de esas comunidades!. Empiezo a entender porqué te llaman pirata”.
P- “Espera, Rosa, siempre hay un pequeño resto de personas fieles a Dios a lo largo de la historia. Hace 24 años que les busco y no les encuentro.
Además, entre esas personas hay mujeres, mujeres de una belleza que yo no he visto nunca, de una belleza interior que trasciende al exterior, sean como sean físicamente”.
R- “¿Qué?” – bramó Rosa.
Y Rosa se sentó junto a aquel forastero.
Biografía de Javier Domínguez Angulo:
Escritor y diseñador de paisajes, es licenciado en ciencias políticas, y su contribución en ese campo fue la de hacer guías de personas mayores voluntarias a favor de la sociedad.
Pasada esa etapa escribió libros sobre pueblos abandonados y novelas, y al fin decidió hacerme diseñador de paisajes.
Cuando Javiér creyó que no iba a escribir más fue cuando llegaron 100 artículos, especialmente sobre el olivar de miel que diseñó y que han visto tres millones de personas a través de los medios en los últimos tres años.
Javier ha diseñado otros proyectos de paisajismo sostenible a gran escala, como por ejemplo la expansión de la Amazonía mediante la agricultura, o un diseño de desarrollo sostenible para la costa australiana que puede beneficiar en gran medida a Asia.
Ahora Javier está realizando un mapa de aguas contra la sequía, y ha escrito el relato de amor sobre Teruel que ilustra este artículo.
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