El mundo del esquí y la nieve lamenta profundamente la pérdida de Emiliano Galindo, quien falleció a los 79 años de edad. Emiliano estuvo estrechamente ligado a la estación de Candanchú y fue padre de las destacadas esquiadoras Paloma y Ana Galindo, siendo esta última olímpica en dos ocasiones, participando en cinco mundiales y nueve Copas del Mundo. A lo largo de más de 50 años, Emiliano desempeñó un papel fundamental en la estación de Candanchú, donde impulsó el club de esquí, fue profesor de esquí y estableció la primera tienda de esquís en el centro invernal.
La familia Galindo es conocida por su espíritu emprendedor y su vínculo con la nieve y Candanchú. Emiliano y su hermano José Antonio Galindo comenzaron su relación con el esquí en Aísa, una localidad cercana a Candanchú, a finales de la década de 1950. Emiliano, el menor de los dos, se mudó a Candanchú cuando apenas tenía 14 años, siguiendo los pasos de su tío Miguel, quien estaba a cargo del refugio de Montañeros de Aragón. Posteriormente, Miguel arrendó el legendario Hotel Candanchú, que se convirtió en el primer hotel de nieve de España cuando abrió sus puertas en 1934.
Emiliano se unió a él y, con su recién obtenido título de profesor de esquí, decidió establecerse por su cuenta junto a su esposa, Chon Santolaria. A través de Eduardo Blanchard, uno de los fundadores de Formigal y presidente de Montañeros de Aragón entre 1966 y 1971, Emiliano obtuvo la concesión para gestionar un albergue que estaba en ruinas a finales de los años 60. Trabajaron arduamente para restaurar la instalación, que apenas conservaba vestigios de su época dorada. Más tarde, José Antonio, el hermano mayor, y su esposa Mari Carmen Artola se unieron al negocio y sentaron las bases de lo que hoy es Deportes Galindo.
Deportes Galindo se convirtió en una de las tiendas de deportes más prestigiosas en todo el Pirineo en una época en la que Candanchú era la estación de esquí por excelencia en España. José Antonio se encargaba del área de alquiler y reparaciones, mientras que Chon y Mari Carmen gestionaban la parte de ropa y equipamiento. Emiliano, quien ya era subdirector de la Escuela Española de Esquí, atraía a los clientes a la tienda y viajaba por todo el mundo, a menudo como profesor personal del príncipe y las infantas, con quienes mantuvo una estrecha relación durante muchos años. Su legado perdurará en el corazón de la comunidad de esquí y en la historia de Candanchú.
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